Al momento de empacar cualquier producto es de gran importancia saber qué tipo de caja es la más adecuada. No todas se adaptan al mismo peso, forma o tamaño, por lo que conviene analizar diversos aspectos como el tipo de cartón, la composición y la forma de cada caja antes de elegir.
Las cajas juegan un papel fundamental en el resguardo y la durabilidad de cada producto, por ello saber elegir la adecuada garantiza que el objeto o producto contenido en ella no se estropeará durante su transportación. Conoce los tipos de cajas de cartón para empaque más comunes a continuación.
Contenido de este artículo:
Cajas de cartón para empaque más comunes
Tipos de cartón más usados en las cajas para empaque
Las clases de cajas de cartón para empaque que solemos encontrar son las siguientes:
Las superficies de estas cajas pueden ser acanaladas. Y mientras más canales contengan, mayor será su robustez. Las cajas de canal simple están entre los empaques típicos que solemos encontrar en diversos productos.
Poseen gran solidez y eficiencia, lo que les permite ser empleadas para contener objetos en gran cantidad y ser utilizadas en mudanzas, pues son firmes para las manipulaciones, así como para cualquier movimiento en traslados.
Son funcionales, de fácil armado, fuertes, personalizables y sostenibles, lo que hace de ellas los empaques de cartón más utilizados por las empresas.
Son elaboradas con numerosas placas de cartón ondulado, más una cobertura de cartón liso. Pueden poseer diversos canales y entre mayor sea la cantidad, mayor será su resistencia.
Permiten almacenar todo tipo de productos, especialmente para transportar los de gran peso y tamaño. Incluso suelen ser utilizadas en empresas de construcción cuya mercancía comprende artículos de gran dimensión.
Mantienen su forma y tienen una gran durabilidad. También pueden personalizarse con la imagen de la marca de cualquier empresa.
Este tipo de cajas de cartón para empaque tiene la ventaja de poder montarse siguiendo unas sencillas instrucciones. Su formato les permite ocupar menos espacio en los almacenes. Tienen una gran resistencia a la humedad y también pueden fabricarse con diferentes clases de cartón.
Este tipo de contenedores de cartón está elaborado con un material fibroso compuesto de numerosas capas adheridas entre sí. Este material se conoce como cartoncillo. Posee una apariencia más delicada que la de las cajas de cartón clásicas, lo que aporta al producto final una capa brillante y lisa de aspecto elegante.
Algunas cajas de cartón para empaque pueden poseer diferentes formas diseñadas para adaptarse adecuadamente a la forma de ciertos productos. Un ejemplo son los empaques en forma de cruz, los cuales son perfectos para el envío de libros, revistas, guías o documentos que deban estar bien protegidos.
Las dimensiones de estas cajas las vuelven idóneas para el paletizado. Además, están fabricadas con materiales de gran calidad que garantizan su resistencia y solidez. De esta manera, los productos no se estropean y cuentan con una mayor protección en el proceso.
Las cajas para regalo son ideales para la personalización. Esta es su característica principal. Por esta razón se adaptan perfectamente a cualquier evento o celebración especial.
Pueden encontrarse en diversos tamaños, colores, formas, texturas y acabados, lo que las convierte en un contenedor llamativo para toda ocasión.
Tienen la particularidad de que pueden ser elaboradas con cartón ondulado y al no contener ácido en su composición son aptas para guardar fotografías y archivos, ya que impiden su envejecimiento y deterioro. Suelen tener forma plana. Están diseñadas para proteger el contenido de la luz y la humedad.
Las cajas de cartón para empaque pueden ser elaboradas con diversos tipos de cartón. Estos son los más comunes:
También conocido como cartón ondulado, es el más típico en el embalaje de todo tipo de productos, ya que aporta gran resistencia y es adaptable según las necesidades de la aplicación en cuestión.
Está conformado por numerosas capas de celulosa unidas más una en el centro cuya forma es ondulada, a la que debe su nombre. La onda puede variar en longitud y forma para adquirir mayor resistencia, además, se puede incluir otra capa de ondulación.
Según las capas que lo compongan, el cartón corrugado puede dividirse en:
El cartón cartoncillo, también llamado folding, es una clase de cartón fino que se asemeja mucho a la cartulina. Es utilizado especialmente para crear empaques relacionados con la industria alimentaria o cosmética, ya que estas requieren un embalaje más presentable con una terminación más elegante.
Conocido también como cartón gris, este cartón posee una gran dureza y resistencia. Se realiza a través de un proceso de compresión de las fibras de celulosa naturales o recicladas que se trabajan a alta temperatura y presión.
Si bien no es habitual encontrarlo como embalaje en algunos países, ya que es un material caro y de difícil procesamiento, es muy común verlo, por ejemplo, en empaques de teléfonos móviles o dispositivos de última generación. También están revestidos de un papel impreso.
Este tipo de cartón suele ser empleado con menos frecuencia en lo que se refiere a packaging, ya que posee un acabado en blanco brillante ideal para ser usado en marquetería y presentaciones. Su uso para embalaje es recomendado solo en casos especiales donde sea requerido emplear imágenes.
Cuando se trata de embalar un producto, la durabilidad del empaque juega un papel fundamental, ya que de ello también depende la resistencia del contenido. Es importante tener en cuenta sus características antes de elegir la caja para evitar inconvenientes.
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