Si has hecho las compras de la semana en un supermercado habrás notado etiquetas en todo lo que hay disponible. Como todo producto que se vende en tiendas, facilita el inventario y agiliza el proceso de pagar cuando pasas por caja. Pero las etiquetas para frutas y verduras tienen más que solo eso.
Muchos piensan que las etiquetas solo benefician al establecimiento y no aportan nada al consumidor, lo cual es erróneo. Saber lo que informa la etiqueta sobre el producto podría hacerte cambiar de idea sobre cuál llevar.
Contenido de este artículo:
¿Qué hacen las etiquetas para frutas y verduras?
El primer dígito es el más relevante
¿Están reguladas las etiquetas para frutas y verduras?
¿Se acaban los códigos PLU?
Es momento de colocar las etiquetas
El dato más importante en las etiquetas para frutas y verduras para el consumidor es el PLU, que viene del inglés “Price Lookup”. Este número de entre 4 y 5 dígitos cuenta con un valor único para cada producto según características como:
De esta forma, tan solo con el PLU puedes saber si una manzana es de origen Estadounidense o Mexicano. Si es completamente orgánica o si fue modificada genéticamente de alguna forma.
Una pera que crece en una determinada región tendrá un mismo PLU hasta cierto peso. Cuando lo exceda, será otro. Si se trata de una pera con el mismo peso que se cultivó en otra zona, el código vuelve a cambiar.
Hay demasiados códigos PLU como para aprenderlos todos. De igual forma, a simple vista puedes conocer todo lo necesario sobre una fruta o verdura. O bueno, casi todo.
Algo que a la mayoría de personas les afecta es saber cómo se cultivó el alimento que están consumiendo. ¿Utilizaron químicos en él? ¿Es completamente orgánico? Esto es lo que nos indica el primer número del PLU:
Cultivo tradicional
Es la forma más popular utilizada en granjas. Los alimentos son completamente naturales, pero durante su cultivo se utiliza pesticidas para protegerlos.
Estos comienzan con un 0 en las etiquetas para frutas y verduras. Es común que en la práctica este se omita, en cuyo caso nos guiaremos por la cantidad de dígitos. Si tiene solo 4 se trata de un alimento tradicional.
Alimentos modificados
Son los que la mayoría prefiere evitar. Todos los códigos de productos de esta clase comienzan con un 8.
Producción 100% orgánica
En este tipo no se utilizan ni pesticidas ni otros productos químicos, todo es natural. En las etiquetas empiezan por un 9.
Para certificar que un cultivo es orgánico se deben pasar ciertas pruebas y conseguir certificaciones por organismos de alimentos. Todo esto conlleva a que los productos de esta categoría sean los más costosos de los 3
Por ejemplo un plátano genéticamente alterado tendrá el código #84011, uno producido tradicionalmente #4011 y uno orgánico #94011.
El organismo que asigna los códigos es la federación internacional para los estándares de productos. Originalmente su idea es facilitar la vida de las cadenas de tiendas para llevar un mejor control de sus productos.
Con el tiempo, fueron adaptándose y dándole también una oportunidad al consumidor de obtener información. En su sitio oficial cuentan con un buscador donde al colocar el código PLU puedes conocer la información del producto. También puedes buscar según sus características y te arrojará el PLU que corresponde a tal producto.
Ningún organismo legal se asegura de que toda la mercancía esté debidamente etiquetada. Muchas veces las etiquetas para frutas y verduras no se utilizan porque conociendo sus características, algunas personas no los comprarían. Y esto es especialmente cierto cuando se trata de alimentos genéticamente modificados.
Esto hace bastante difícil la tarea de encontrar alimentos orgánicos. Para ello lo mejor es encontrar cadenas que sí hayan pasado por el proceso de certificación. El precio también será una alerta, puesto que debería de estar por encima del promedio para dicho producto.
El principal inconveniente de estos códigos en las etiquetas para frutas y verduras es la poca cantidad de agricultores que etiquetan correctamente los productos genéticamente modificados. Esto lleva a que haya una gran cantidad de números que se desperdician, ya que en la práctica no se usan.
En una de sus más recientes propuestas, la IFPS propuso dejar de utilizar el prefijo 8 para esta clase de productos. Hoy en día no se ha implementado, pero es una idea que sigue en el aire en caso de que los números se lleguen a acabar.
Mientras el mundo siga por el camino que va y las categorías de alimentos sean cada vez más específicas, no tardará mucho. No es lo mismo unas naranjas que crecen en Estados Unidos que las de México, o las de Colombia, o las de Panamá.
Y hablar de países es solo el inicio. Depende del tamaño del mismo, pero en promedio existen al menos 10 variaciones para cada fruto. Si cada uno de ellos decidiera exportar su mercancía, inundarían el mercado y acabarían con las etiquetas para frutas y verduras disponibles.
La colocación de etiquetas para frutas y verduras no es algo que puedas hacer por ti mismo. Además del trabajo que conlleva, se necesita un agente autorizado para realizar dicha labor. Asegúrate de contar con un fabricante de etiquetas confiable que te garantizará un trabajo bien hecho.
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